Postpolítica. Elogio del gentío de José Angel Bergua Amores. Madrid:
Biblioteca Nueva, 2015
Resumen
"Sistema tras sistema, revolución tras revolución, la modernidad ha construido un orden siempre destinado a terminar con las gentes mediante el paradójico procedimiento de apelar a ellas". En esta frase se condensa gran parte del propósito ideado por el autor en este libro; que no es otro que el de repensar a fondo lo social a partir de un marco categorial en el que prevalece su carácter auto-instituyente. Para una mayor aclaración, desde el reconocimiento de que la sustancia de lo social, en sus diferentes registros, obedece a una creación humana; y que su buen y sano discurrir pasaría por una profundización en este su inequívoco elemento auto-instituyente. Y aunque sin una explícita declaración de principios en este orden, el móvil político (o mejor im-político) impulsor de tal tarea no es otro que el reencuentro con un modelo social con un mayor grado de autonomía -y por qué no de goce- de aquellos agentes que realmente hacen y deshacen la sociedad, a saber: las gentes. Designación con la que se pretende dar nombre a una instancia de por sí in-designable, puesto que el precio a pagar por la misma designación es la adulteración de aquello designado, el caer en la trampa tejida por el propio lenguaje – y más específicamente por el lenguaje científico- en su totalitaria tentativa por encorsetar un mundo social sumamente, por utilizar la terminología de Castoriadis, magmático. Cuanto recuerda el aliento encerrado en la afirmación nietzscheana: ¡Nos hemos deshecho de Dios, pero aún nos queda la gramática¡. Acercarse a un real descubrimiento de las gentes preasumiría liberarse de la última secuela derivada del funesto eco propiciado por la deidad cristiana.